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martes, 12 de julio de 2011

María de Zayas: La visión feminista de una época peligrosa y castrante para la mujer.


Mucho se ha hablado del feminismo en muchos aspectos, especialmente como una ideología social agresiva que busca el establecimiento de las mujeres en el mundo del patriarcado, pero no es eso realmente; porque el verdadero feminismo, la esencial del feminismo  no es buscar el enfrentamiento de los seres humanos; sino como una forma de empoderamiento  que permita a la mujer encontrarse a sì misma dentro de su ser, su psique, y, por lo tanto, consolidarse en el mundo.
A  lo largo de la historia se han encontrado mujeres que han dejado huella por su determinación, entrega, y sobre todo valentía  para buscar su lugar en el mundo.  La tarea de estas mujeres fue difícil y más sabiendo que el poder lo ha mantenido el hombre en todos los ámbitos sociales, políticos, económicos e intelectuales.
En el ámbito intelectual ha habido muchas mujeres feministas, pero en el campo de la literatura en tiempos muy antiguos han sido escasas, a causa del  exacerbado poder del hombre que se vivía entonces. Por eso mismo, resalto la importancia de una mujer que se atrevió a destacarse en un mundo de  hombres: Marìa de Zayas.
María de Zayas con en su libro “Novelas ejemplares y amorosas” nos muestra esa crítica a la sociedad patriarcal que se vivía en España en ese momento. La visión feminista  se muestra de forma imperante y de forma reveladora en la segunda parte de su libro: <<desengaños>>; tenemos que mencionar que la voz de María de Zayas se alza en la sociedad del siglo de XVII donde la mujer estaba destinada a casarse, a obedecer y honrar a su marido, y donde leer y escribir no solo eran tareas secundarias sino que a veces se consideraba un peligro.
La autora combate las posturas misóginas que aumentaron con la Contrarreforma en una sociedad patriarcal en la que la valoración de la mujer se cifra en la conservación de la virginidad y el cumplimiento de sus deberes como esposa. De esta forma, su obra y la misma Zayas representaba una transgresión contra la norma aceptada en esa época. El discurso público, oral y escrito, de la mujer era duramente condenado por varios predicadores, tratadistas y escritores, quienes pensaban que la liberalidad de su uso se relacionaba con la inmoralidad. El silencio femenino se relacionaba con la castidad, la elocuencia femenina con la promiscuidad. Siendo así el silencio una condición de su género. En primer lugar, por ostentar su erudición, se hacía blanco de censuras, mofas y sátiras. Y esto ocurría porque, al hacer públicos sus escritos, implícitamente buscaba la fama, y la fama era privilegio y condición del hombre, así que la mujer que buscaba la fama pregonaba su desvergüenza. Por el mero hecho de hacer públicos sus escritos, la mujer se hacía mujer pública, y, por consiguiente, se exponía a toda clase de invectivas masculinas.
Por todo lo dicho anteriormente, el feminismo en María de Zayas no puede ser sino un > que sólo puede ser entendido en el contexto de su tiempo: su deseo principal es defender la honra de las mujeres y por ello insiste en su constancia en el amor. Reprocha a los hombres el denigrar sistemáticamente a las mujeres y, por unas que yerran, condenarse  a sí mismas y a todas las demás.
           Debido al contexto del patriarcado que define y confina su obra, los argumentos defensivos de la escritora madrileña serán los vituperios y vilipendios contra los hombres, el reclamo de armas para las mujeres y la denuncia de la injusticia que permitía la violencia física y psicológica de la mujer.
Dentro de su aspecto narrativo es muy ingenioso, sencillo pero ingenioso, y eso se presenta no sólo con el título de su tomo > sino también en la descripción impactante que se da en las partes fatídicas y que se consolidan en  una intención didáctica que ofrece Zayas para presentar, o como diría ella misma “desengañar” a las mujeres del mundo misógino y patriarcal que se vivía en su época.
En su libro nos presenta como las mujeres son maltratadas no sólo psicológicamente, sino que también muestra violencia explicita como la tortura, violación,  y muerte de las protagonistas de las historias. También aquí es donde se da cuenta la protagonista del principal, Lisis, que los hombres  traen sólo la desdicha a las mujeres, considerándolos peligrosos. Por lo cual ahora Lisis es la quien declara las reglas y ordena: en primer lugar, que habían de ser las damas las que novelasen, y, en segundo, que los que refirieren fuesen casos verdaderos, además de que los hombres no debían dar su opinión bajo ninguna circunstancia. De esta manera Lisis solamente está interesada en la “voz”  de la mujer- sus pensamientos, sus opiniones, y sus experiencias en la realidad.
La narración de las novelas son a cargo de mujeres, los personajes principales son femeninos, la novela es escrita por una mujer: cosa que jamás se hubiera ocurrido en esos momentos en España, ni en ningún otro lugar, y menos  revelar con sincera verdad los estragos  reales que vivían cada una de las mujeres bajo el dominio de los hombres que las rodeaban: padre, hermano, esposo y amante. Un ejemplo claro de la dependencia de los hombres la vemos plasmada en la novela “la inocencia castigada” mostrándonos como la mujer pasa a ser objeto de los hombres; primeramente por su padre al dejarla en poder de su hermano, y éste a su esposo. De esta forma la protagonista es privada de su libre albedrio, y depender de la voluntad absoluta de los hombres que la rodean. Además de que pasa de un cautiverio a otro; la mujer siempre se encuentra en un cautiverio regulado por los hombres como verdugos. La violencia es notoria bajo la regulación del honor -elemento perjudicial de la mujer- que al ser transgredido por la supuesta infidelidad de la mujer provoca la deshonra del marido y de la familia; justificando con ello un castigo cruel y deshumano a la víctima: encerrada como una bestia en un cuarto minúsculo sin alimento y sin agua, se nos presenta una mujer deforme; flaca y consumida hasta los huesos, desnuda, llena de sus mismos excrementos, llagas y gusanos en todo su cuerpo; pero que al final es salvada por una mujer y puesta en un convento, alejada de los hombres. Paradójicamente a pesar de los hechos fatídicos en que se encuentra la mujer es a partir de ahí, de esa experiencia, en donde la mujer logra su libertad y su identidad por medio de la desgracia. Cuando ha perdido su valor simbólico, su libre albedrío y el dominio físico sobre su cuerpo, es cuando es capaz de descubrirse y convertirse en sujeto. Con esto Zayas reafirmar su idea: el convento es el único lugar en donde la mujer está refugiada del abuso del hombre, permitiendo consolidar su identidad.
Igualmente sádico es el desengaño “Mal presagio casar lejos”. Esta novela enfatiza el papel del hombre como agresor y muestra la crueldad que ejercen los hombres con los cuerpos femeninos. La idea es destacar los cambios abruptos que el hombre pasa una vez convertido como esposo, y como éste tiene la autoridad sobre la esposa por el simple hecho de ser mujer. De esta forma él podrá disponer de maltratarla e incluso asesinarla si ésta lo deshonra o trasgrede su autoridad, es decir, se convierte en el verdugo. El esposo es el verdugo de la esposa; ella está bajo la voluntad del hombre y de él depende su vida en todos los aspectos. Es por ello que la protagonista es asesinada de forma cruel y sádica por su esposo y su suegro; murió desangrada. Zayas enfatiza que el matrimonio no es una opción segura para la mujer. Desde el comienzo del desengaño, se sugiere que el matrimonio encarcela a la mujer y la deja impotente contra el dominio patriarcal. También de esta forma se enfatiza que para el hombre la mujer es un objeto de desprecio, es la enemiga natural que hay que exterminar.  Y a partir de esto el único refugio o el consuelo que puede haber en esto (desprecio del hombre) es la amistad con otra mujer como único lazo de verdadera solidaridad. Por lo cual queda demostrado que la relación entre los hombres refuerza la dominación patriarcal sobre la mujer, ya que ésta es ajena al hombre y no ocupa un espacio en el mundo patriarcal.
El honor como se ha dicho antes es un elemento perjudicial y que María de Zayas lo expresa de lleno en su obra. Aunque la mujer de cabida al ‘deshonor’ a su marido al irse con otro hombre, y la castigue no presupone que, a lo contrario, no se castigue a la que es honrada, virtuosa y a la que ignora propuestas de amoríos, pues de todos modos será castigada. Eso se explica muy bien en la novela “El verdugo de su esposa”. Aquí la protagonista es el ejemplo claro de mujer honrada, virtuosa y sumisa; características esenciales de mujer ideal, que no valieron mucho, pues termino siendo asesinada por su esposo después de haberle avisado que fue requerida por los amores de otro hombre. De nueva cuenta, se hace un  reclamo de los hombres, precisamente a su mudanza de sentimientos y emociones debido a que no confían de las mujeres, y como no confían de ellas se muestran impíos y crueles en el castigo.
Por lo cual se da por claro el desengaño de las mujeres;  no hay que confiarse de los maridos, pues son hombres (son el enemigo), y son sujetos a mudar de parecer dando desdichas y muerte a las mujeres, a pesar de que sean honestas y digan la verdad de lo que les ocurre.
En las anteriores novelas se ha señalado como el hombre puede ser tan ruin y  despiadado  con la mujer en el uso excesivo de violencia y crueldad como castigo ante su deshonra, pero en “La esclava de su amante” no lo encontramos de forma explícita, al menos aquí la mujer no muere a manos de la bestialidad de su marido sino que queda viva, y es ella la que narra la historia, es decir, es la protagonista de su propia historia, declarándose ser víctima del engaño del hombre, de su indiferencia (según Zayas, es una forma de mudanza de ánimos del hombre) y de su crueldad.  La historia se centra como la protagonista cae en los galanteos de un hombre, pues éste se decía estar enamorado de ella. A lo que ésta cae en sus garras y se enamora de él de forma tan patética; dejando ver que una mujer no puede ser completamente feliz sin la compañía y el amor de un hombre.  La crueldad del hombre no es manifestada por medio de la violencia física sino de otra manera sutil, que incluso puede ser más fuerte que un golpe. La crueldad por medio de las palabras es lo que quiere dar a entender la protagonista de la historia; la indiferencia, la mudanza y la burla del hombre para la mujer: el hombre ya no le interesa la mujer, se va, y la deja por otra mujer; y esto presupone que la mujer se vea desvalida y pierda su razón de ser sin la compañía de un hombre, cuando no debería ser así y por eso mismo se llama una novela de desengaño.
En conclusión, el segundo tomo <<desengaños>> de María de Zayas es clara su visión feminista como reflejo de una época en donde el papel de la mujer sólo representaba estar bajo el servicio y el poder del patriarcado, y en donde el  mundo misógino era encargado de regular la conducta de la mujer bajo los preceptos de honor y virtud, manteniendo a las mujeres en silencio y en un dominio total de su persona.
Así que recurriendo a esto, en el marco narrativo del segundo tomo Zayas intenta exponer ese panorama por medio de la narración de hechos verídicos en donde las mujeres han sido víctimas de la violencia y crueldad de los hombres, por el deshonor  de sus acciones, o como transgresión de las normas de la sociedad misógina y patriarcal.
 A lo que la protagonista de la obra en general (o marco narrativo), Lisis, representaba ser esas mujeres que buscaban ser tomadas en cuenta en la sociedad, y  a  través de las novelas ‘desengañarlas’; de no fiarse de los hombres, pues son los enemigos, y la causa de sus desgracias. Y de esa forma, María de Zayas, a través de su obra enseña y defiende a la mujer del dominio imperante del patriarcado, a pesar de ser un feminismo violento, o más bien, un antecedente del mismo; pero feminismo, al fin y al cabo.