En el marco histórico y social que se vivía en España del siglo XIX aunado a la contrarreforma influyo decididamente a modificar la situación social, económica, política e ideológica a tal grado de perder los ideales de una sociedad con valores, como lo fue la renacentista, y convertirse radicalmente en una sociedad decadente, corrupta y pesimista que representase la realidad de la condición humana inmersa en crisis.
Esta crisis se esparciría en todos los ámbitos, y se reflejaría de forma clara en la literatura. Con respecto a los temas no habría una variación drástica sino que cambiaría su tratamiento, dándoles un toque más pesimista, más humanista; como por ejemplo la desvirtuaciòn del amor cortés al amor carnal, las parodias latentes en las idealizaciones, la presencia de la muerte, además del cuestionamiento existencial y de la religión. A lo que también se daría paso a una crítica de la sociedad de ese entonces, de presentarla ante los ojos del lector, sus vicios y sus corrupciones, su hipocresía; es decir, de representar su realidad. Y que dentro del marco narrativo tomaría más poder, debido a sus especiales y minuciosas descripciones de la época del Barroco.
De este tipo de narrativa es a lo que daría origen a lo que es la novela cortesana o novela corta, y que sería difundida a lo largo de toda España: primeramente con la obra << novelas ejemplares>> de Miguel de Cervantes, y luego con las <<novelas amorosas y ejemplares>> de María de Zayas y Sotomayor, que a diferencia de las de Cervantes tendrían una crítica más pesada en cuanto al enfrentar el poder misógino y patriarcal que ejercía el control sobre la mujer, y con ello defenderla de su papel denigrante que representaba en ese entonces. Pero en este caso sólo me remontare en los <<desengaños amorosos>> de la obra de María de Zayas desde una perspectiva u óptica feminista. Por lo cual en el ensayo se analizará parte del marco narrativo del segundo tomo <<desengaños amorosos>> para explicar la visión feminista: una crítica que se hace en contra de la misoginia del mundo patriarcal en que viven las mujeres, a partir de la crueldad y violencia (justificada por los ideales de honra y virtud de la época) que infligen los hombres a las mujeres.
Para comenzar a entender la visión feminista de los <<desengaños amorosos>>, tenemos que mencionar que la voz de María de Zayas se alza en la sociedad del siglo de XVII donde la mujer estaba destinada a casarse, a obedecer y honrar a su marido, y donde leer y escribir no solo eran tareas secundarias sino que a veces se consideraba un peligro.
La autora combate las posturas misóginas que aumentaron con la Contrarreforma1 en una sociedad patriarcal en la que la valoración de la mujer se cifra en la conservación de la virginidad y el cumplimiento de sus deberes como esposa. De esta forma, su obra y la misma Zayas representaba una transgresión contra la norma aceptada en esa Época. El discurso público, oral y escrito, de la mujer era duramente condenado por varios predicadores, tratadistas y escritores, quienes pensaban que la liberalidad de su uso se relacionaba con la inmoralidad. El silencio femenino se relacionaba con la castidad, la elocuencia femenina con la promiscuidad. Siendo así el silencio una condición de su género. En primer lugar, por ostentar su erudición, se hacía blanco de censuras, mofas y sátiras. Y esto ocurría porque, al hacer públicos sus escritos, implícitamente buscaba la fama, y la fama era privilegio y condición del hombre, así que la mujer que buscaba la fama pregonaba su desvergüenza. Por el mero hecho de hacer públicos sus escritos, la mujer se hacía mujer pública, y, por consiguiente, se exponía a toda clase de invectivas masculinas.
Por todo lo dicho anteriormente, el feminismo en María de Zayas no puede ser sino un <<feminismo conservador>> que sólo puede ser entendido en el contexto de su tiempo: su deseo principal es defender la honra de las mujeres y por ello insiste en su constancia en el amor. Reprocha a los hombres el denigrar sistemáticamente a las mujeres y, por unas que yerran, condenarse a sí mismas y a todas las demás.
Debido al contexto del patriarcado que define y confina su obra, los argumentos defensivos de la escritora madrileña serán los vituperios y vilipendios contra los hombres, el reclamo de armas para las mujeres y la denuncia de la injusticia que permitía la violencia física y psicológica de la mujer.
En cuanto al marco narrativo2 (es tomado como una novela más) se tiene que tomar en cuenta, ya que funciona como una guía para los lectores. Los personajes ficticios, mujeres y hombres de esta ‘novela’ discuten las novelas que narran y cambian sus opiniones a través de discusiones dentro del sarao. Mientras que el marco narrativo enmarca a la novelas; Zayas enmarca al marco narrativo y las novelas con su prólogo, ‘al que leyere’. Aquí es donde declara su tesis en defensa de la mujer. Las novelas son el argumento a favor de la tesis del mundo ficticio a su mundo real. El marco narrativo se divide en dos tomos pero sólo me remontare a explicar el segundo que explica los <<desengaños>> en donde las mujeres son maltratadas no sólo psicológicamente, sino violencia explicita como la tortura, violación, y muerte de las protagonistas de las historias. También aquí es donde se da cuenta la protagonista del marco narrativo, Lisis, que los hombres traen sólo la desdicha a las mujeres, considerándolos peligrosos. Por lo cual ahora Lisis es la quien declara las reglas y ordena: en primer lugar, que habían de ser las damas las que novelasen, y, en segundo, que los que refirieren fuesen casos verdaderos. Los hombres pueden reaccionar a lo que oyen pero no pueden dar su opinión de una manera directa y poderosa como la narración de una novela (de hecho en toda la obra de Zayas los hombres del sarao no cuenta historias). De esta manera Lisis solamente está interesada en la “voz” de la mujer- sus pensamientos, sus opiniones, y sus experiencias en la realidad.
Lisis explica claramente por qué sólo quiere mujeres como narradoras: “y como son los hombres los que presiden en todo, jamás cuentan los malos pagos que dan, sino los que les dan”. Los hombres dominan y las opiniones de la sociedad, siempre es su voz que se oye y se acepta como “verdad”. Por esto es que Lisis declara su segunda regla: lo narrado tiene que ser verídico.
Si las novelas son la verdad entonces los hombres del marco narrativo no pueden decir que las mujeres simplemente se inventaron estas novelas. Así, de esta manera se conseguiría la intención didáctica o el exemplo3 al contar un caso verdadero (incluir el engaño de una mujer a causa de un hombre y en efecto las mujeres que oyen o leen las novelas serán ‘desengañadas’), que no sólo sirve para entretener –contario al primer tomo-, sino de avisar y de aconsejar a las mujeres.
En la primera novela a tratar, ‘La inocencia castigada’, se demuestra primeramente el poder patriarcal hasta llegar a la crueldad y la violencia de los hombres, explicando de esta forma la misoginia. La historia cuenta las desavenencias terribles que sobrevive doña Inés. La protagonista es una doncella casta que al morir su padre queda bajo custodia de su hermano Francisco y su esposa. Doña Inés se casa con don Alonso, por elección de su hermano. Sin embargo, un vecino, Diego, se enamora de doña Inés pero ella no le hace caso debido a que está enamorada de su marido. Una alcahueta le hace trampa y pide prestado su vestido diario. Viste a una prostituta con el vestido de doña Inés y la lleva, a la casa de Diego que cree, por el vestido, que la prostituta es doña Inés. Después de un tiempo, la alcahueta y la prostituta tienen que regresar el vestido y Diego se queda desesperado porque “la supuesta” doña Inés ya no lo visita para sus aventuras amorosas. Don Diego habla con doña Inés y descubren la burla que les habían hecho la alcahueta y “la supuesta” Doña Inés. Ellos levantan una queja con el corregidor y queda asentada la inocencia de doña Inés. Don Diego se queda desolado pero sigue ‘enamorado’ de doña Inés.
Acude a un moro, gran hechicero y nigromántico que le fabrica una imagen de la misma figura y rostro de doña Inés, en donde en el remate del tocado tenía una vela. De esta manera si Don Diego quería gozar de Doña Inès, nada màs tenia que prender la vela y ella en un trance llegaba hasta su casa para poder gozar (abusar) de ella. Él practica este método de poseer a doña Inés sin su conocimiento, hasta que una noche el corregidor y don Francisco encuentran a la dama en la calle caminando a la casa de don Diego. Descubren el engaño bajo el hechizo en que se encontraba Inés y el corregidor la disculpa oficialmente castigando a don Diego. Pero a pesar de su declarada inocencia, su marido, su hermano, y su cuñada, deciden castigarla, mudándose a Sevilla y encerrándola en: “un aposento, el último de toda la casa, donde, aunque hubiese gente de servicio, ninguno tuviese modo ni ocasión de entrar en él, en el hueco de una chimenea que allí había, o ellos la hicieron, habiendo traído yeso y cascotes, y lo demás que era menester, pusieron a la pobre y desdichada doña Inés, no dejándole más lugar que cuanto pudiese estar en pie, porque si se quería sentar, no podía, sino, como ordinariamente se dice, en cuclillas, y la tabicaron, dejando sólo una ventanilla como medio pliego de papel, por donde respirase y le pudiesen dar una miserable comida, porque no muriese tan presto, sin que sus lágrimas ni protestas los enterneciese”. 4
Pasan seis años y una vecina escucha sus súplicas y es rescatada. Ella queda ciega y muy maltratada. Después de sancionar a don Alonso, don Francisco y su esposa, doña Inés es puesta en un convento. Viviendo una vida santa y feliz. Recupera su belleza, pero, jamás su vista.
De comienzo a fin se ve como la mujer pasa a ser objeto de los hombres; primeramente por su padre al dejarla en poder de su hermano, y éste a su esposo. De esta forma Inés es privada de su libre albedrio, y depender de la voluntad absoluta de los hombres que la rodean. Además de que pasa de un cautiverio a otro; la mujer siempre se encuentra en un cautiverio regulado por los hombres como verdugos. Es evidente que hay una relación entre el poder del hombre en el mundo y su poder sobre la vida de la mujer.
En el plano más cruel de la historia es la manera en que por medio de la regulación del honor -elemento perjudicial de la mujer- al ser transgredido debido a que Inés deshonro a su marido y a su familia (salir de su casa para ir con otro hombre) es castigada impunemente por su hermano, su marido y cuñada, a pesar de haber sido declarada inocente por el corregidor, pues pesa más lo que piensa y juzga la sociedad, aunque la justicia la absuelva de la culpa; y la forma en que se encuentra por la vecina tras la violencia que se hizo hacia ella es notoria y deshumana; mostrándonos los estragos de su persona:
“Estaba ciega [… ]sus hermosos cabellos, que cuando entró allí eran como hebras de oro, blancos como la misma nieve, enredados y llenos de animalejos, que de no peinarlos se crían en tanta cantidad, que por encima hervoreaban; el color, de la color de la muerte; tan flaca y consumida, que se le señalaban los huesos […]dos surcos cavados de las lágrimas, que se le escondía en ellos un bramante grueso; los vestidos hechos ceniza, que se le veían las más partes de su cuerpo; descalza de pie y pierna, que de los excrementos de su cuerpo, como no tenía dónde echarlos, no sólo se habían consumido, mas la propia carne comida hasta los muslos de llagas y gusanos, de que estaba lleno el hediondo lugar.” 5
En este texto de María de Zayas, en donde estando en el convento –y aún estando ciega- Inés logra su libertad y su identidad por medio de la desgracia. Cuando ha perdido su valor simbólico, su libre albedrío y el dominio físico sobre su cuerpo, es cuando es capaz de descubrirse y convertirse en sujeto. Con esto Zayas reafirmar su idea: el convento es el único lugar en donde la mujer está refugiada del abuso del hombre, permitiendo consolidar su identidad.
En cuanto al exemplum de la historia, los personajes del Sarao quedan impresionados y conmovidos ante la inocencia de doña Inés y la crueldad de los hombres, y más todavía cuando se dieron cuenta de que fue un hecho verídico contado por una persona que conoció a la misma Doña Inés. De esta forma el exemplum queda justificado con esta cita de la obra:
“Ved ahora si puede servir de buen desengaño a las damas, pues si a las inocentes les sucede esto, ¿qué esperan las culpadas? Pues en cuanto a la crueldad para con las desdichadas mujeres, no hay que fiar en hermanos ni maridos, que todos son hombres. Y como dijo el rey don Alonso el Sabio, que el corazón del hombre es bosque de espesura, que nadie le puede hallar senda, donde la crueldad, bestia fiera y indomable, tiene su morada y habitación.” 6
Igualmente sádico es el desengaño “Mal presagio casar lejos”. Esta novela enfatiza el papel del hombre como agresor y muestra la crueldad que ejercen los hombres con los cuerpos femeninos. Trata de cuatro hermosas hermanas españolas, tres de las cuales se casan con extranjeros y cada una de ellas muere a manos de su verdugo, el esposo. En cada caso se enfatiza la inocencia de las hermanas: “pues ni les sirvió la hermosura, la virtud, el entendimiento, la real sangre, ni la inocencia para que no fuesen sacrificadas en las aras de la desgracia”7 ; demostrándose que no importa la condición que tenga la mujer, pues es sólo importa su género, como una causa primordial en el que el hombre pueda imponer su poder sobre ella.
La última en casarse y en la cual el desengaño se enfoca, es doña Blanca, quien muere desangrada por su suegro y por su esposo. Zayas enfatiza que el matrimonio no es una opción segura para la mujer. Desde el comienzo del desengaño, se sugiere que el matrimonio encarcela a la mujer y la deja impotente contra el dominio patriarcal.
El desengaño del enamoramiento fingido del hombre por la mujer después del matrimonio es una crítica que se hace Zayas en su obra, y en donde también les da poder para ignorarlas, despreciarlas y agredirlas. Y el cambio se muestra abrupto al llegar a Flandes y a la casa de su suegro, quien la trata con tal odio, llamándola no por su nombre sino “la españoleta,” que doña Blanca supo “claramente que estaba en poder de sus enemigos”. Se enfatiza aquí que para el hombre la mujer es un objeto de desprecio, es la enemiga natural que hay que exterminar. Y a partir de esto el único refugio o el consuelo que puede haber en esto (desprecio del hombre) es la amistad con otra mujer como único lazo de verdadera solidaridad.
En otro momento, vemos de nuevo la cuestión de honor que termina en la violencia contra la mujer. El esposo y padre de la señora Marieta matan a Marieta. El hecho fue por una suposición de que ella salía con gentil hombre (deshonor). Esta escena demuestra como las relaciones entre los hombres son mucho más fuertes que las de padre/hija o esposo/esposa.
La violencia sádica continúa cuando dejan el cuerpo de Marieta en la cocina para que doña Blanca la vea. Esto sirve de aviso para ella, como tormento psicológico, que le advierte que pronto vendrá su turno.
La violencia a la protagonista es donde se manifiesta todavía más la crueldad en el castigo, debido a su atrevimiento de desafiar la autoridad de los hombres. Es decir, la mujer se va a castigar debido a su género, pero si se muestra osadía ante la autoridad patriarcal será castigada de la peor manera posible (Blanca se venga de su esposo a verlo acostado con otro hombre). De esta manera se justifica la violencia sádica y condenatoria hacia Blanca: “Deciden desangrarla y le abrieron las venas de entrambos brazos, para que por tan pequeñas heridas saliese el alma, envuelta en sangre, de aquella inocente víctima, sacrificada en el rigor de tan crueles enemigos”8 ; quedando demostrada que la relación entre los hombres refuerza la dominación patriarcal sobre la mujer, ya que ésta es ajena al hombre y no ocupa un espacio en el mundo patriarcal.
Al final de la historia se comprueba su verosimilitud para desengañar a las mujeres, además de convencer a los hombres de su culpa:
“Vean ahora las damas en este desengaño bien en que desengañarse, y los caballeros en que retratarse de su mala opinión de que todas las mujeres son culpadas”.9
En “Amar sólo por vencer” a diferencia de las otras dos novelas anteriores es que no hay esa violencia que va creciendo a lo largo de la trama sino que a mediados de esta es cuando se muestra –primeramente- la mentira o el desengaño de los hombres, en este caso de Esteban, en donde le pide matrimonio a Laureola, pues ésta, creyéndole, deja su casa para irse con él (causa de la desgracia de su vida). Y que al saberlo su padre decide hospedarse en casa de unos tíos - o más bien la obligan a quedarse ahí- después de haber sido abandonada por Esteban, mientras que su padre y sus tíos deciden tramar su muerte para acabar con la deshonra que le ha provocado su acto indecoroso (para esto la sociedad los había juzgado).
Así de este modo es lo que venía explicando, puesto que por medio del engaño de Esteban es donde se lleva a Laureola a ser sujeta del castigo cruel por parte de su familia: tanto su tío como su padre derriban una pared encima de ella y una criada; la descripción del asesinato cruel y extremo explica exactamente como muere: “Laurela de todo punto muerta, porque la pared la había abierto la cabeza, y con la tierra se acabó de ahogar.”10
La novela termina con las mujeres de la familia de Laurela aprendiendo de su vida trágica. Una criada le dice la verdad a la familia y sus hermanas se convierten en monjas en vez de casarse. Además de esta advertencia en el desengaño, deja de manifiesto, de nueva cuenta, que no hay que confiarse de los hombres, especialmente de sus enamoramientos porque son falsos, y con ellos únicamente se trae la desgracia para las mujeres:
“El daño es que los hombres, como están tan hechos a engañar, ya que se hereda como mayorazgo, hacen lo mismo la vez que pueden, con la buena, como con la que no lo es. Ellos dicen que de escarmentados, y este es el mayor engaño suyo, que no es sino que no pueden más. Miren las que no tratan de los deleites vulgares lo que les sucede a las otras, y será el verdadero acierto. Mas es el mal que, como las que digo no van con el dictamen de las demás, que es engañar y desengañar, entran en el engaño, y se están en él toda la vida, y aun de esto se les ha conseguido a muchas la muerte.”11
Aunque la mujer de cabida al ‘deshonor’ de su marido al irse con otro hombre y la castigue no presupone que, a lo contrario, no se castigue a la que es honrada, virtuosa y a la que ignora propuestas de amoríos, pues de todos modos será castigada. En eso se explica muy bien en la novela “El verdugo de su esposa”. La historia cuenta como Roseleta como el ejemplo claro de mujer honrada, virtuosa y sumisa, características esenciales de mujer ideal, no valieron mucho, pues al haber avisado (como buen esposa, fielmente enamorada de su marido) a don Pedro que era requerida por los amores de don Juan no le hubiera costado la vida. De nueva cuenta, se hace un reclamo a los hombres, precisamente a su mudanza de sentimientos y emociones, debido a que no confían de las mujeres, y como no confían de ellas se muestran impíos y crueles en el castigo.
Y el tema de la honra vuelve a tocarse a causa de que la sociedad empieza a juzgar la situación de Roseleta, por lo que don Pedro decide empeñar el castigo, aún sabiendo que Roseleta era inocente de tal enredo. La manifestación de crueldad es notoria, pues abusando de una enfermedad que puso a Roseleta en cama, dormida le dio muerte:
“Y esa misma noche el ingrato y cruel marido, después de recogida la familia, viendo que Roseleta dormía, le quitó la venda de la sangría, y le destapo la vena, por donde se desangró, hasta que rindió la hermosa vida, a la fiera y rigurosa muerte.” 12
Por lo cual se da por claro el desengaño de las mujeres: no hay que confiarse de los maridos, pues son hombres (son el enemigo), y son sujetos a mudar de parecer, dando desdichas y muerte a las mujeres, a pesar de que sean honestas y digan la verdad de lo que les ocurre:
“Vean ahora las damas de estos tiempos si con el ejemplo de las de los pasados se hallan con ánimo para fiarse de los hombres, aunque sean maridos, y no desengañarse de que el que más dice amarlas, las aborrece, y el que más las alaba, más las vende; y el que más muestra estimarlas, más las desprecia; y el que más perdido se muestra con ellas, al fin las da muerte; y que para las mujeres todos son unos.” 13
En las anteriores novelas se ha señalado como el hombre puede ser tan ruin y despiadado con la mujer en el uso excesivo de violencia y crueldad como castigo ante su deshonra, pero en “La esclava de su amante” no lo encontramos de forma explícita, al menos aquí la mujer no muere a manos de la bestialidad de su marido sino que queda viva, y es ella la que narra la historia, es decir, es la protagonista de su propia historia, declarándose ser víctima del engaño del hombre, de su indiferencia (según Zayas, es una forma de mudanza de ánimos del hombre) y de su crueldad. La historia se centra como doña Isabel cae en los galanteos de don Manuel, pues éste se decía estar enamorado de ella. A lo que Isabel, la protagonista, cae en sus garras y se enamora de él de forma tan patética; dejando ver que una mujer no puede ser completamente feliz sin la compañía y el amor de un hombre. A lo largo de la historia se van dando estas bajezas o denigraciones de doña Isabel hasta llegar al colmo de disfrazarse de mora y convertirse en su esclava (para esto, él la había dejado porque ya no estaba enamorado de ella).
Ella lo busca, lo cela, no puede dejar de hacerlo hasta verse junto a él, unida en matrimonio; pero don Manuel de forma cruel y despiadada le dice que ya no está interesado en ella, pues ya se encontraba cansado de sus asechanzas, sus celos, en fin, de sus denigraciones ante él, y que ya no se casaría con ella. Por lo que se ve, no hay manifestación de violencia o abuso físico por parte de don Manuel a Doña Isabel, pero eso no significa que no deja de presenciarse la crueldad de lo que dice don Manuel. La crueldad por medio de las palabras es lo que quiere dar a entender la protagonista de la historia; la indiferencia, la mudanza y la burla del hombre hacia la mujer:
“Ya, señores- prosiguió la hermosa Doña Isabel-, pues he desengañado con mi engaño a muchas, no será razón que me dure toda la vida vivir engañada, fiándome en que tengo de vivir hasta que la fortuna vuelva su rueda a mi favor; pues ya no ha de suscitar don Manuel, ni cuando esto fuera posible, me fiara de èl, ni de ningún hombre, pues a todos los contemplo en éste engañosos y taimados para con las mujeres. Y lo que más me admira es que ni el noble, ni el honrado, ni el de obligaciones, ni él que más se aprecia de cuerdo, hace más con ellas que los civiles y de humilde esfera; porque han tomado por oficio decir mal de ellas, desestimarlas y engañarlas, pareciéndoles que en esto no pierden nada. Y si lo miran bien, pierde mucho, porque entre más flaco y débil es el sujeto de las mujeres, más apoyo y amparo habían de tener en el valor de los hombres.”14
De esta forma se termina la historia de doña Isabel, en donde con lágrimas en los ojos conmueve tanto a la anfitriona del Sarao, Lisis, que la abraza. Declarándose con su historia que no hay de fiar de los hombres, pues es el enemigo de la mujer y de su felicidad.
En conclusión, el segundo tomo <<desengaños>> de María de Zayas es clara su visión feminista como reflejo de una época en donde el papel de la mujer sólo representaba estar bajo el servicio y el poder del patriarcado, y en donde el mundo misógino era encargado de regular la conducta de la mujer bajo los preceptos de honor y virtud, manteniendo a las mujeres en silencio y en un dominio total de su persona.
Así que recurriendo a esto, en el marco narrativo del segundo tomo, Zayas intenta exponer ese panorama por medio de la narración de hechos verídicos en donde las mujeres han sido víctimas de la violencia y crueldad de los hombres; por el deshonor de sus acciones, o como transgresión de las normas15 de la sociedad misógina y patriarcal.
A lo que la protagonista de la obra en general (o marco narrativo), Lisis, representaba ser esas mujeres que buscaban ser tomadas en cuenta en la sociedad, y a través de las novelas ‘desengañarlas’16 ;de no fiarse de los hombres, pues son los enemigos y la causa de sus desgracias. Y de esa forma, María de Zayas a través de su obra enseña y defiende a la mujer del dominio imperante del patriarcado. A pesar de ser un feminismo violento, o más bien, un antecedente del mismo; pero feminismo, al fin y al cabo.
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1.La Contrarreforma fue el movimiento de la Iglesia Católica Romana en los siglos XVI y XVII que trató de eliminar los abusos dentro de allá y responder a la Reforma Protestante. Hasta hace poco los historiadores tendían a insistir en los elementos negativos y represivos de este movimiento, tales como la Inquisición y el Índice de Libros Prohibidos, y a centrar su atención en sus aspectos políticos, militares y diplomáticos. En la actualidad muestran un mayor reconocimiento por la gran espiritualidad que animó a muchos de los dirigentes de la Contrarreforma. AG Dickens, La Contrarreforma (1969); HO Evennett, El espíritu de la Contrarreforma (1970); Wright AD, La Contrarreforma (1982). http://mb-soft.com/believe/tsc/counterr.htm
2. Marco narrativo: es la parte donde se indica el lugar y el tiempo en que se desarrolla la acción; y se presenta a alguno de los personajes. Suele estar al principio del relato.
3. Ejemplo o exemplum: es un género didáctico-literario cultivado en la Edad Media. Proviene de la palabra latina ejemplo. La ficción narrativa estaba concebida para servir de demostración a un objetivo moralizante. ARAGÜÉS Aldaz, José y Marta Haro Cortés, «El exemplum medieval castellano. Una aproximación bibliográfica», en Memorabilia, nº 4, 2000, sección de la revista digital Parnaseo, Universidad de Valencia. ISSN 1579-7341.
5. La inocencia castigada, http://es.wikisource.org/wiki/La_inocencia_castigada Categorías: ES-L | Novelas de María de Zayas y Sotomayor
6. La inocencia castigada, http://es.wikisource.org/wiki/La_inocencia_castigada Categorías: ES-L | Novelas de María de Zayas y Sotomayor
7. Mal presagio casar lejos. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-Mal-presagio-casar-lejos.pdf http://www.biblioteca-antologica.org/?p=318
8 Mal presagio casar lejos. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-Mal-presagio-casar-lejos.pdf http://www.biblioteca-antologica.org/?p=318
9. Mal presagio casar lejos. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-Mal-presagio-casar-lejos.pdf http://www.biblioteca-antologica.org/?p=318
10. Amar sólo por vencer. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-Amar-solo-por-vencer-YA.pdf. http://www.biblioteca-antologica.org/?p=318
11. Amar sólo por vencer. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-Amar-solo-por-vencer-YA.pdf. http://www.biblioteca-antologica.org/?p=318
12. El verdugo de su esposa. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-El-verdugo-de-su-esposa.pdf
13. El verdugo de su esposa. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-El-verdugo-de-su-esposa.pdf
14. La esclava de su amante. http://www.biblioteca-antologica.org/wp-content/uploads/2009/09/ZAYAS-Y-SOTOMAYOR-La-esclava-de-su-amante.pdf. http://www.biblioteca-antologica.org/?p=318
15. Estas normas imponían que la mujer debía de ser sumisa, casta y obediente del hombre (marido, padre, etc) pero si no era asi debía ser castigada severamente hasta tal punto de matarla.
16. Se toma en cuenta como el exemplum, intención didáctica, enseñanza o advertencia ante lo narrado.
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